Nuestro compromiso
Una sola muerte es ya inaceptable. Por ese motivo en Canción de Cuna seguimos trabajando para alcanzar el índice 0 en muertes de menores y lesiones graves en accidentes de tráfico. Objetivo LESIÓN ZERO. Nuestro compromiso es concienciar a las familias y todo su entorno, así como aquellos agentes que en algún momento forman parte de la vida de los más pequeños, de la peligrosidad de transportar a las niñas y niños en sistemas de retención infantil a favor de la marcha. Principalmente en niños por debajo de los 4 años, edades en las que sufrir un accidente en estos sistemas tiene un 45% de probabilidades de causar lesiones medulares o incluso la muerte.
Es cierto que en esta labor nos sentimos huérfanos en el respaldo, compromiso y estrategias de los organismos e instituciones públicas, que hasta el momento parecen estar en otros menesteres. No podemos conformarnos con un objetivo basado en “mínimos”
En toda situación en la que una persona puede fallar, el sistema no debería hacerlo
Una silla de auto es un Sistema de Seguridad Pasiva diseñado para los pasajeros más pequeños, y cuya finalidad es la de proteger, no sólo retener, a sus usuarios de las posibles lesiones derivadas de un accidente.
La compra de una silla puede ser toda una odisea; elegir entre una infinidad de fabricantes y modelos; en demasiadas ocasiones interpretar las instrucciones e instalar sin la supervisión adecuada; y por supuesto los rankings de dudosa credibilidad que publican determinados “entes”, con evaluaciones subjetivas y conclusiones estériles desde el punto de vista de la lesión.
En España, aproximadamente el 35% de los niños que fallecen en edad de usar un sistema de retención infantil no llevaban ninguno. Pero quizás lo que nos resulta más alarmante es que el 65% restante si lo llevaban y el sistema instalado no resultó eficaz. Y la explicación a estos resultados la suelen atribuir a errores de uso. Porque “no utilizan el dispositivo adecuado”, o en caso de ser el adecuado se producen “errores en la instalación”. De esta manera los padres pasan a ser, por lo general, los responsables de las lesiones o fallecimientos infantiles. Pero cabe la pregunta: y las sillas ¿cumplen el objetivo para las que fueron diseñadas?
El único criterio definitivo a la hora de diseñar, construir y prescribir un sistema de retención infantil debería ser la seguridad del usuario al que va destinado. Sólo así conseguiremos nuestro objetivo Lesión Zero.
¿Puede ser el uso de sistemas orientados a favor de la marcha y no el mal uso o instalación de los sistema, por parte de los padres la causa, del problema?
Los sistemas a contramarcha son los únicos que pueden aspirar a la lesión zero. Están fundamentados en ciencia.
Todos los sistemas de seguridad pasiva diseñados para adultos cuya finalidad es minimizar lesiones están basados en los principios de una ciencia, la biomecánica. Desgraciadamente, no ocurre lo mismo en un porcentaje muy alto de sillas de auto, por ese motivo existen sistemas de retención que no han sido diseñados para minimizar el número de lesiones ni su gravedad.
En Suecia en los años 60, diversos estudios constataban que, en la posición de espaldas a la marcha, el margen de tolerancia al impacto aumentaba considerablemente porque el propio sistema absorbía el 95% de la energía cinética sin depender de cualquier otro condicionante. El margen de seguridad que ofrecería un sistema a contra marcha era incuestionable.
Aún a día de hoy es difícil conocer los límites de tolerancia de los niños a un impacto, y por ese motivo deberíamos optar por la opción más prudente, como hicieron ya hace varias décadas en Suecia. El uso de un sistema cuyo margen de seguridad fuera lo suficientemente amplio como para que el riesgo de lesiones se mantuviera en los niveles más bajos. Ese fue el motivo por el que en Suecia el Dr. Aldman decidió que todos los sistemas infantiles suecos para niños de menos de cinco años se instalaran al contrario del sentido de la marcha siempre y sin excepción. Viajar de espaldas es lo que nos permite aspirar al objetivo LESIÓN ZERO.
La normativa de homologación responde a criterios mínimos exigibles por ley.
“Homologado” no es sinónimo de “seguro” sino de “legal”.
En Canción de Cuna queremos ser parte de la solución, por ese motivo hace ya bastantes años iniciamos un camino conscientes de que sería complicado. Pero convencidos de que la vida y la salud de nuestros niños no pueden intercambiarse por otro beneficio.